Rugby en Manga: un gran try del aprendizaje y la integración social

El equipo de rugby infantil conformado por más de 40 niños y niñas del Programa Maestros Comunitarios de las Escuelas N° 119, 230 y 308 instauró definitivamente el deporte de la pelota ovalada en ese barrio de la ciudad. Una experiencia convertida en un gran try del aprendizaje y la integración social en el marco de los valores del rugby.

 

La Plaza de la Ajaba se encuentra en el centro de Manga. Se denomina así debido al nombre de la calle que la circunvala (Avenida de la Aljaba) y es el único sitio para el libre  esparcimiento en todo el barrio. La plaza es un punto de referencia para todos los vecinos, pero los mejores recuerdos están asociados al pasado. La memoria colectiva de la comunidad atesora las multitudinarias jornadas de los campeonatos de fútbol barriales, los niños dando vueltas en sus bicicletas alrededor de la pista de atletismo- la única plaza que tiene esta infraestructura en Montevideo- y las noches de verano con puertas abiertas y tablado en febrero. El escaso mantenimiento realizado por la intendencia repercutió en el pronunciado estado de deterioro del emblemático espacio público, aunque está pactada una importante intervención para transformar de forma radical la actual postal de abandono. 

Una de las principales innovaciones será la instalación de una H de rugby para que la gurisada ensaye sus patadas y mejore sus drops.  Algo totalmente impensado hasta hace un año atrás, cuando comenzaron a construir su nido Las Águilas. Así se llama –a partir de la votación entre todos los integrantes menores y adultos- el primer equipo de rugby infantil de alumnos del Programa Maestros Comunitarios. Una experiencia sumamente exitosa que acercó a este grupo de chiquilines al fascinante mundo del balón ovalado y que convirtió al propio juego en un verdadero elemento motivador para el aprendizaje y la convivencia.

 

EL RUGBY COMO UN MEDIO PARA  CONCRETAR “OTRA FORMA DE HACER ESCUELA”

El Programa Maestros Comunitarios surgió en 2005,  como una forma de abordar las expresiones de la vulnerabilidad social en el ámbito escolar. El Consejo de Educación Inicial y Primaria estableció como objetivos  “mejorar los vínculos de la escuela con las familias y encontrar pedagógica y didácticamente los caminos para que nuestros niños tengan el deseo de aprender perdido por muchas causas”. Fue así que comenzó a trazarse el camino que hoy transitan 550 maestros en todo el país, en aquellas escuelas categorizadas como APRENDER (ex contexto crítico). 

En base a estos dos objetivos, los maestros comunitarios tienen entre sus cometidos visitar los hogares, coordinar acciones con otros actores sociales de los territorios y planificar propuestas didácticas innovadoras que motiven a los alumnos luego de finalizada la jornada escolar. De esta forma, los maestros comunitarios de las escuelas N° 119 (Melina y Federico), N° 230 (Karen y Mabel) y N° 308 (Patricia y Ángela) vieron un gran potencial en el rugby como medio para despertar el interés por lo escolar de algunos de sus alumnos. “En la Plaza de la Aljaba funcionaba una escuela de iniciación deportiva de rugby de la Intendencia a la que concurrían pocos niños. Fuimos a hablar con el Municipio F y le prometimos que si cambiaban el horario y funcionaba un poco más temprano (primeras horas de la tarde) la llenábamos de gurises” recuerda la Maestra Melina González de la escuela N° 119 sobre la gestión realizada. 

El Área Social del Municipio acompañó la iniciativa y a las pocas semanas comenzaron los entrenamientos. “Casi ninguno de los niños y niñas conocía lo que era el rugby. Algunos sabían que la forma de la pelota era diferente a la del fútbol porque en la escuela había una desinflada” acota González en relación a las primeras prácticas. También existía la incógnita por parte de los docentes sobre el nivel de respuesta de los chicos,  debido al desconocimiento absoluto del juego. Una duda que se despejó rápidamente el primer día de funcionamiento del proyecto. La primera propuesta consistió en ir a ver el partido que disputaron Los Teros con Italia por la Nations Cup 2018. Luego del encuentro, los jugadores uruguayos fueron a saludar a cada uno de los pequeños aficionados que estaban viendo por primera vez competir a un seleccionado nacional en un campo de juego. El afectuoso reconocimiento de los deportistas fue un gesto fundamental, para que los pequeños hinchas confiaran en el rugby y en que éste juego les iba a ofrecer algo totalmente diferente a lo demás. Así se largaron al vacío Las Águilas para comenzar a volar aquella tarde de junio.

 

EL RUGBY COMO MEDIO PARA APRENDER Y CONVIVIR

El viernes es el día más esperado por los chicos. Después de tener clase toda la mañana, los y las rugbiers salen con sus maestros comunitarios desde cada una de sus escuelas para encontrarse en la plaza y apropiarse del lugar. Allí los espera el entrenador Alan Bertacco, un ex jugador de Jubilar y de Old Boys, que se crió en el barrio y vive a pocas cuadras. Todos afirman que la práctica es el momento más divertido de la semana, pero cada jugador debe ganarse la participación yendo todos los días a clase y dando su máximo esfuerzo por igual en el aula como en la cancha. En este equipo es tan importante pasar bien la pelota hacia atrás y mejorar la técnica del tackle como cumplir con las tareas escolares. Los docentes comunitarios manifiestan su beneplácito por haber optado por este deporte y lo utilizan como un valioso recurso para promover la adquisición de nuevos conocimientos académicos. El mejor ejemplo fue la experiencia sucedida durante el Americas Pacific Challenge 2018 con la visita del plantel de Canadá. Los chiquilines prepararon la llegada de los anglosajones estudiando sobre el país de origen de los visitantes y hasta aprendiendo el estribillo del himno canadiense. Lo mismo sucede con la Copa del Mundo de Japón y la participación uruguaya en el evento de carácter mundial. Un verdadero centro de interés para seguir profundizando el deseo por aprender. Pero los pichones aguileños- muchos de los cuales sueñan con ser teros y teras- no solo incorporan nuevos conocimientos en el ámbito académico o en lo referido a las destrezas y habilidades técnicas del juego. Los valores del rugby configuraron cada práctica como un verdadero espacio de convivencia y buen trato. Algo fundamental para estos niños que viven en primera persona las expresiones más brutales de la desigualdad social. 

“La pobreza no solo se manifiesta a través de la falta de lo material. Estar excluido de los circuitos del arte, de la cultura y del deporte son también formas de expresión de la pobreza” afirma la maestra González. Y agrega que “la amplia mayoría de estos gurises nunca practicó un deporte. No pudieron acceder por motivos económicos o socioculturales al fútbol infantil ni a ninguna otra disciplina aunque es muy escasa la oferta de otros deportes en el barrio”.  Hace 6 años que Melina es maestra comunitaria y enfatiza que estos niños “están teniendo la posibilidad de ejercer el derecho de acceder al deporte y a la recreación y vivir la experiencia de conformar un equipo con todo lo que conllevan los valores del rugby”. También resalta la presencia femenina en el equipo que contrasta drásticamente con la realidad del rugby y del deporte uruguayo en general. “En este equipo más de la mitad son niñas. Ellas son verdaderas líderes y ponen al equipo adelante” declara la docente que atiende de forma especial las cuestiones de género entre su alumnado. El rugby sigue ampliando su base social y se puede afirmar que Las Águilas anidaron con mucha fuerza en Manga y sus alrededores. Tan así que la olvidada plaza de la Aljaba va a ser refaccionada y por primera vez, tendrá una H. 

UN SUEÑO BIEN ALTO

Los chicos de Las Águilas quieren seguir creciendo como Los Teros y se plantearon como meta participar por primera vez en el Valentín Martínez. Una experiencia sumamente enriquecedora para el crecimiento de estos chiquilines que sueñan con llegar al reconocido evento con sus propias camisetas. 

Más de 40 niños y niñas practican rugby los viernes de tarde en la Plaza de la Aljaba

De 9 a 14 son las edades de los integrantes del equipo

2018 fue el año de inicio de la experiencia de rugby infantil en Manga a través del Programa Maestros Comunitarios.

119, 230 y 308 son las escuelas que integran la experiencia.

Crédito del video: www.observador.com.uy

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